En un mundo donde lo congelado suele asociarse a lo industrial, Hervor cuestiona prejuicios y propone lo contrario: una experiencia de cocina de autor elaborada con ingredientes frescos desde el inicio, cocinados con precisión y luego envasados al vacío para llegar a tu hogar en su punto justo.
Ingredientes que nacen frescos
La filosofía de Gonzalo Villahoz es clara: “trabajar con productos frescos mejora la calidad del producto final”, explica. Hierbas, carnes, vegetales y especias llegan directamente de estación, un hábito que en Hervor intentan respetar, sobre todo cuando se crean y definen platos fuera de carta. Materia prima fresca lista para ser transformada en recetas sofisticadas.
La técnica: del sous-vide a tu mesa
Cada plato se envasa al vacío, y hay varias creaciones que se cocinan con la técnica de sous-vide, un método utilizado en restaurantes de élite que conserva la jugosidad y los sabores intactos. Una vez sellados, se congelan para garantizar seguridad, durabilidad y practicidad. El resultado: platos como bondiola con puré de batata ahumado o cordero en cocción lenta o sous vide que se regeneran en pocos minutos, sin perder textura ni frescura. Villahoz lo resume así: “Lo que hacemos es cocinar con el mismo cuidado que en un restaurant, pero pensando en que el último paso lo da el cliente en su casa. La técnica asegura que, aunque el plato esté congelado, la experiencia sea la de alta cocina”.
Sofisticación que se conserva
La congelación en Hervor no implica pérdida, sino todo lo contrario: mantiene el sabor intacto hasta el momento exacto en que llega a tu mesa. Es un puente entre la dedicación del chef y la practicidad de tu vida diaria.
Del fuego al envasado, de la estación a tu mesa, Hervor demuestra que la cocina de autor puede habitar en tu casa. La frescura inicial y la técnica profesional se combinan para ofrecer una experiencia que se siente artesanal y sofisticada en cada plato.