Hay platos que se cocinan con uno de nuestros ingredientes principales: el tiempo. De hecho, detrás de cada porción que descansa en el freezer, hay una historia de paciencia, técnica y pasión. El cordero con puré de papás, ajos asados y romero es fiel ejemplo del resto. En esta nueva nota, te contamos detalles del proceso de su elaboración.
La técnica que preserva el alma del plato
El cordero con puré de papas, ajos asados y romero es uno de los grandes rituales de nuestro trabajo. Se cocina durante 24 horas en sous-vide, una técnica que permite conservar intactos los jugos, aromas y texturas. Envasado al vacío, el cordero se cuece a baja temperatura hasta volverse muy tierno y suave al paladar.
El puré de papas y los ajos asados, por su parte, aportan un contrapunto suave, dulce y perfumado que equilibra el carácter del cordero.
El plato se completa con un chimichurri de hierbas frescas, un detalle que despierta los sentidos y termina de redondear la experiencia, como sucede con varios de nuestros sugeridos: pequeños gestos que completan los sabores y expresan nuestra forma de cocinar. El resultado: un plato profundo, cálido y de autor, que llega a tu mesa con la misma calidad con la que fue pensado en la cocina del chef.
Arte, ciencia y emoción
El vacío, el frío y el tiempo. Tres palabras (para nosotros casi ingredientes) que, combinadas con sensibilidad, pueden transformarse en arte. Cada etapa —desde la cocción lenta hasta el sellado— está pensada para cuidar lo esencial: el sabor y la textura. Lo que parece simple —una bolsa, un plato— es, en realidad, el resultado de un proceso preciso, donde la técnica no reemplaza al cocinero, sino que amplifica su mano y su intuición.
“Cocinar al vacío es una forma de respetar el producto”, cuenta Gonzalo. “Permite que todo lo que hicimos en la cocina llegue intacto al plato del comensal. Lo que hay adentro no es solo comida: es trabajo, dedicación y amor por lo que hacemos.”
El arte está en tu freezer
Cuando el plato llega a tu casa, el proceso está casi completo. Solo falta que vos lo despiertes: unos minutos en agua caliente y el plato vuelve a la vida, con su aroma, su textura y su historia. Eso es Hervor: técnica, emoción y sabor que viajan desde nuestra cocina hasta tu casa.
Aspiramos a ser un puente entre la comida de autor y lo cotidiano. Una invitación a descubrir que el arte también está en tu freezer.